Discurso de la Presidenta de la República en la red nacional sobre la subasta del Campo de Libra
Queridas brasileñas y queridos brasileños:
Brasil ha dado hoy un gran paso: ha empezado a hacerse realidad la exploración a gran escala del presal. Y hemos pasado a garantizar para el futuro una masa de recursos jamás imaginada para la educación y la salud en nuestro país.
La fabulosa riqueza que yacía en las profundidades de nuestros mares, ahora descubierta, empieza a despertar. Despierta aportando más recursos, más empleo, más tecnología, más soberanía y, sobre todo, más futuro para Brasil y para todos los brasileños y brasileñas.
El éxito de la subasta del Campo de Libra —que es el primer megacampo del presal que se licita en régimen de participación— va a hacer posible una asociación de Petrobras con las empresas Shell, Total y las chinas CNOOC y CNPC. Son empresas grandes y fuertes, que van a poder explotar, en los próximos 35 años, una cantidad de crudo recuperable estimado entre 8.000 y 12.000 millones de barriles de petróleo y 120.000 millones de metros cúbicos de gas natural.
Para que ustedes tengan una idea de lo que eso significa, basta recordar que la producción total de Brasil, en 2013, rondará los 2,1 millones de barriles de petróleo diarios, mientras que el Campo de Libra alcanzará, en su pico de producción, 1,4 millones de barriles de petróleo diarios. O sea, de aquí a una década, Libra puede representar, por sí solo, el 67 % de toda la producción actual de petróleo de Brasil.
Sin embargo, hay cifras aún más impresionantes e importantes para los brasileños. Por favor, presten atención a lo que voy a explicar ahora. En los próximos 35 años Libra pagará al Estado brasileño las siguientes cifras: primero, R$ 270.000 millones en regalías; segundo, R$ 736.000 millones a título de excedente en crudo bajo el régimen de participación; tercero, R$ 15.000 millones, pagados como prima de firma del contrato. Eso supone una cifra fabulosa de más de un billón de reales. Repito: más de un billón de reales.
Gracias a la ley que aprobamos en el Congreso Nacional, gran parte de esos recursos será destinada a educación y salud. Eso es debido a que todo el dinero de las regalías y mitad del excedente en crudo que integra el Fondo Social, por valor de R$ 736.000 millones, serán invertidos exclusivamente en educación (75 %) y en salud (25 %).
Pero los beneficios sociales directos de Libra no terminan ahí. Porque el resto de los rendimientos del Fondo Social, por valor de R$ 368.000 millones, será destinado, obligatoriamente, al combate a la pobreza y a proyectos de desarrollo de la cultura, el deporte, la ciencia y tecnología, el medioambiente y la mitigación y adaptación a los cambios climáticos.
Queridas amigas y amigos:
Bastaría invertir correctamente esos recursos para que Libra produzca, en los próximos años, una pequeña revolución, benéfica y transformadora, en nuestro país. Pero hay otros beneficios que traerá este megacampo. La política que hemos definido exige que las plataformas para la producción de petróleo del presal sean en buena parte de fabricación nacional.
Solo para la exploración de Libra, serán necesarias entre 12 y 18 súper-plataformas. Además de ellas, todos los demás equipos de producción —como los gasoductos, las líneas de producción, los barcos de apoyo, los equipos submarinos—también se fabricarán en Brasil. Eso generará millones de puestos de trabajo y contribuirá al desarrollo industrial y tecnológico de nuestro parque naval y de nuestra industria de proveedores de equipamientos y de prestadores de servicios, sin olvidar que el volumen de petróleo producido elevará considerablemente nuestras exportaciones y aumentará así el saldo de nuestra balanza comercial.
Queridos brasileños y queridas brasileñas:
En las etapas para hacer una realidad el presal hemos cosechado grandes victorias. Las etapas futuras plantearán, a buen seguro, nuevos retos. Pero estoy segura de que Brasil estará a la altura.
Además de la victoria tecnológica que supuso el descubrimiento, por parte de Petrobras, de esos gigantescos yacimientos, el modelo de participación que hemos construido significa también una gran conquista para Brasil. Con él garantizamos un equilibrio justo entre los intereses del Estado brasileño y los beneficios de Petrobras y de las empresas asociadas. Se trata de una alianza en la que todos saldrán ganando.
Por los resultados de la subasta, el 85% de todo los ingresos que se generará en el Campo de Libra pertenecerá al Estado brasileño y a Petrobras. Eso es algo bien diferente de una privatización. Las empresas privadas aliadas también resultarán beneficiadas, pues, al producir esa riqueza, obtendrán beneficios significativos, compatibles con el riesgo asumido y con las inversiones que realizarán en Brasil. No podía ser de otro modo. Las empresas petroleras son aliadas, que buscan invertir en Brasil, generar empleos e ingresos y, naturalmente, obtener beneficios con esas inversiones. Brasil es —y seguirá siendo— un país abierto a la inversión, nacional y extranjera, que respeta los contratos y que preserva su soberanía.
Por todo eso, la subasta de Libra representa un hito en la historia de Brasil. Su éxito se repetirá, sin duda, en las futuras licitaciones del presal. Hemos comenzado a transformar una riqueza finita, como el petróleo, en un tesoro indestructible, como una educación de alta calidad. Estamos convirtiendo el presal en nuestro pasaporte hacia una sociedad futura más justa y con una mejor distribución del ingreso.
El sonido del martillo de la subasta de Libra, hoy, ha sido también la llamada a la puerta de un gran futuro que se abre para nosotros, para nuestros hijos y para nuestros nietos.
¡Que Dios siga bendiciendo a Brasil! Gracias y buenas noches.